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viernes, 13 de diciembre de 2013

En relación con el incremento del precio en el boleto del Metro.


Más allá de hacer una relatoría sobre en qué año surge el STCM (Sistema de Transporte Colectivo Metro) y como se ha dado la evolución de los precios cobrados por el boleto del Metro, creo que la determinación de subir el precio por el servicio de 3 a 5 pesos, lo que representa un incremento del 67%, se da en un contexto poco acertado.

La idea de realizar una encuesta en la cual se valida la intensión del Gobierno por incrementar el precio, es tan sólo un juego en el cual participa el Gobierno porque sabe que lo va a ganar, de no ser así y de tener la intensión de realizar la medida no la pone a consulta.

Como en todo, existen dos formas de hacer las cosas: la buena y la mala, la primera de ellas no sería consultar a los usuarios sobre si estarían de acuerdo o no con el incremento del boleto a cambio de mejorar el servicio, porque dicha promesa ya fue incumplida cuando en enero de 2010 la tarifa pasó de 2 a 3 pesos sin que ello significara una mejora en el servicio.

Si el STCM quisiera de forma legítima incrementar el precio, tendría que mejorar el servicio, realizando las acciones necesarias, antes de cualquier aumento. Dichas acciones tendrían que ver al menos con lo siguiente:

1.- Transparentar los ingresos totales del sistema. Los que devienen del cobro por boletos, las rentas por los espacios destinados a comercios, los que se originan por la publicidad, etc.
2.- Establecer claramente cuál es el costo estimado del sistema en condiciones óptimas. Eliminando las prácticas incorrectas, considerando tan sólo el personal necesario para la operación, etc.
3.- Establecer y cumplir con los tiempos estimados de trayectoria en los diferentes recorridos del sistema. Para lo cual se requiere respetar la frecuencia con la que deberían de pasar los trenes entre estaciones, lo que seguramente dependerá del mantenimiento que se le deba dar a la infraestructura existente y a la cantidad de trenes con los que se deba contar.

Por otra parte si se contempla tener tarifas diferenciadas como es el caso de mujeres jefas de familia, personas desempleadas y estudiantes de escasos recursos, por qué no tener tarifas más altas para aquellas personas que son usuarias y que si podría pagar más de 5 pesos por un servicio que en realidad fuera de calidad.

Qué tristeza da la operación de la política pública en el DF.

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