Desde que el hombre aparece en la tierra
es casi natural su predisposición a ser un ente social, su avance no es en
ningún sentido individual, los logros parecen serlo, no obstante aun cuando las
genialidades puedan ser el resultado de una aparente iniciativa aislada en la
suma no podrían generarse sin la existencia de la sociedad en la cual son
consideradas deseables dichas propuestas, sin embargo, lo que sí puede ocurrir
es que los beneficios netos puedan ser apropiados y distribuidos en condiciones
que no resultan equitativas o en el mejor de los casos altamente
desproporcionales. Situación que dará por resultado, pobreza, inequidad en la
distribución del ingreso y el uso de recursos naturales en una condición de
exceso, todo ello tendrá implicaciones sociales fuertes que impactarán de forma
negativa a una buena parte de los integrantes de la sociedad, la acción
correctora del Estado ha demostrado una relativa incapacidad que ha dado por
resultado la acción de la sociedad civil que mediante diferentes formas de
asociación ha tratado de fungir como garante de la justa asignación de costos y
beneficios sociales resultantes de la acción individual.
En lo que resta del documento se
desarrollan algunas características del primer sector en la economía, la actuación
el Estado en una economía de mercado y cómo su actuación en muchos casos es
incapaz de ejercer una acción correctiva que beneficie a la sociedad, dando
paso a la intervención de un tercer sector que trata de consolidarse como una alternativa
para afrontar los males sociales.
El
primer sector (actividad económica privada)
Cuando Adam Smith hacía la descripción del
sistema económico y de los agentes que en él participaban la idea resultaba
bastante razonable y parecía claro como los agentes económicos (egoístas,
individualistas, racionales y maximizadores) buscando su propio beneficio
generaban un beneficio social y es que parece claro que el panadero no hace pan
con el fin de que las personas puedan disfrutar de sus alimentos, no obstante
el hecho de que lo haga, en realidad mejora el desayuno de las personas y no
paran allí los beneficios ya que si el panadero busca maximizar su rendimiento
hará el mejor uso de los recursos empleados desplazando a aquellos panaderos
que sean ineficientes, lo que garantiza que solamente los mejores podrán
mantenerse dentro del mercado o bien podrán entrar otros en la medida que la
demanda sea mayor.
El problema es que la condición de
competencia perfecta que permite lo anterior es sumamente débil y requiere de
una serie de supuestos simplificadores que en la realidad no están presentes,
el mejor ejemplo de que el sistema descrito por Smith tiene severas
deficiencias se puede percibir en la constante falta de competencia que
reflejan los mercados, la exacerbación de la inequidad de la distribución del
ingreso y la riqueza así como a los eventos recesivos y de franca depresión que
han denotado las economías en todo el mundo.
El ánimo de ganancia por parte de los
personas se ha desbordado y en pocos casos se han valorado todos los costos en
los que incurren las iniciativas empresariales, las prácticas desleales son
cotidianas, el problema de la agencia se ha hecho evidente, los impactos social
y medioambiental han sido infravalorados, todo ello a cambio de mejorar el
rendimiento individual a costa de la sociedad en su conjunto. Decir que el
sistema de producción capitalista ha fallado sería decir mucho ya que es en ese
marco en el cual se ha gestado el mayor desarrollo tecnológico de todos los
tiempos, la revolución tecnológica es tal que en los últimos años el avance en
ciertas disciplinas llega e incluso rebasa lo que parecía antes tan sólo
posible en la ciencia ficción, ahora las personas son capaces de disfrutar de
ciertos adelantos tecnológicos que estaban tan sólo disponibles para el
gobierno o un cierto grupo de personas, cierta tecnología se ha masificado aun
cuando el proceso pueda parecer todavía lento.
Lo anterior conduce a una reflexión
importante; puede el capitalismo tal como lo conocemos generar bienes y
servicios que mejoren la vida de las personas sin que ello tenga como un costo
importante la generación de brechas sociales, en las cuales cada vez resulta
más evidente quiénes son los que tienen los recursos y quiénes han sido
desplazados, la respuesta derivada de la experiencia práctica arroja un rotundo
no, ya que si así fuera ya se habría dado.
En los casos en los que se puede denotar
cierto grado de convergencia entre el desarrollo de la iniciativa privada y el
de la sociedad se debe a la intervención de un participante peculiar denominado
Estado.
El
segundo Sector (la acción del Estado)
Es conocida la acción correctiva del
Estado en materia de ciertos desperfectos que son ocasionados por las
actividades espontáneas del mercado, por lo cual se podría pensar que dentro de
aquellas actividades que le son netamente correspondientes se encuentran las relacionadas
con: el respeto por los derechos de propiedad, el imprimir y mantener la
competencia en la economía, suministrar a la sociedad ciertos bienes que son
distintos a la gran generalidad y que se consideran problemático, así como
mantener ciertas condiciones de equidad en la sociedad.
En el primer caso se puede suponer que la
acción mínima que cumple un Estado es la de garantizar el derecho de la
propiedad empezando con la posesión más importante para cada una de las
personas que integran una sociedad y que se refiere a su propia existencia es
decir su vida, pero no solo eso, el bastión en el que se sustenta gran parte
del desarrollo tecnológico en la era del capitalismo se debe al derecho sobre la
propiedad privada y las garantías que el Estado puede ofrecer para que eso sea
real. Cuando se cumplen los derechos de propiedad ninguna persona puede
despojar a otra de lo que le pertenece, ya sean bienes físicos o intelectuales,
casas o empresas, etc.
Los mercados, independientemente de la
competencia existente, es posible que a la larga se concentren formando
asociaciones oligopólicas o monopólicas. Una vez dada la concentración es
posible que los productores pierdan dinamismo y controlen de cierta manera los
precios a los que se coloca el bien o servicio en el mercado, cuando eso sucede
se pierde la efectividad del mercado y se generan perjuicios para los
consumidores, quienes al no tener alternativas de compra no pueden ejercer su
libertad de consumo lo cual origina una pérdida en su bienestar y en contra
partida ganancias extraordinarias para los productores. Aun cuando los mercados
de alto rendimiento, de acuerdo con la teoría, sean capaces de atraer a nuevos
participantes el tiempo en el que el propio mercado puede solucionar esta
distorsión puede ser bastante amplio y no hay garantía de que en efecto sean
nuevos participantes y no los mismos con alguna razón social diferente.
En el caso de los bienes problemáticos uno
destaca por sus atributos y es el caso de los bienes públicos, que de forma
simple se podrían definir como ciertos bienes o servicios cuyo suministro no
está en el deseo de los particulares, dada cierta incapacidad por apropiarse de
los beneficios generados en dicho suministro y es que los bienes públicos tienen
ciertas características económicas que los hacen diferentes de los bienes
privados o normales, una de sus distinciones más interesantes es que no se
puede cobrar por su suministro dado que tienen baja capacidad de exclusión al
no mediar un precio en el suministro. Los bienes libres son otro caso claro de
bien problemático como puede ser el aire del que nadie ostenta la propiedad pero
todos son beneficiarios, su contaminación se da en un contexto donde no hay un
costo por hacerlo y los costos por no hacerlo son amplios, en el mejor de los
casos ninguna persona en sus cinco sentidos tiene como propósito el contaminar
el aire sin embargo en muchas de sus actividades como pueden ser sus desplazamientos cotidianos genera
contaminación, a eso se le conoce como una externalidad negativa y sucede por
la condición de costos comentada con anterioridad, lo que hace el Estado es
imponer un costo al contaminar para que la condición de costo-beneficio sea
mejor valorado por, en este caso, los conductores.
Por otra parte las economías de mercado
suelen ser muy similares en su funcionamiento al juego de monopolio, en el cual
aun cuando las personas comienzan con la misma dotación de recursos a la vuelta
de algunos giros de tablero tan sólo uno es el ganador dejando en la bancarrota
al resto, algo similar pasa en las economías de mercado la concentración del
ingreso y la riqueza va dando mayor posibilidad a unos pocos, postrando en la
mediana a un grupo más amplio y en la franca miseria a una proporción elevada.
La responsabilidad del Estado es generar condiciones extramercado que puedan
incidir en que la inequidad social no llegue a extremos que resulten ética y
moralmente inaceptables y claro que tampoco dichos extremos condicionen la
buena marcha de la economía.
A groso modo esa es la interacción que
tiene el primero y segundo sector (público y privado) y es una forma de
caracterizar una economía mixta, en este momento vale la pena hacer la
siguiente reflexión ¿En dónde se gesta la desgracia de la sociedad? denotada
por índices de pobreza extrema, desigualdad de oportunidades, analfabetismo,
falta de atención médica, etc.
Para muchos una respuesta simple y
sencilla sería condenar el sistema de producción vigente, es decir el
capitalismo, sin embargo se mencionaba en líneas anteriores que el grado de
avance de la sociedad bajo ese sistema ha sido brutal y eso ha propiciado que
muchas personas puedan tener acceso a bienes o servicios que en otros tiempos
eran exclusivos de reyes o bien incluso ni siquiera de ellos por no existir.
Habría que cuestionarse para qué sirve el capitalismo y qué es lo que queda
fuera de su alcance. ¿Qué se le puede pedir al capitalismo? Que sea un sistema
en el cual se desarrollan grandes ideas que pueden mejorar la condición de la
sociedad, parece que eso se puede pedir. ¿Se podría también solicitar la eliminación
de la pobreza y la desigualdad? Es posible que no, de hecho en muchos de los
países que son desarrollados y que logran menores índices de pobreza y de
inequidad es por la acción del Estado.
Parece una idea aventurada pero no por
ello imposible pensar que la pobreza e inequidad dentro de la sociedad es más
responsabilidad del Estado que del sistema de producción capitalista. El Estado
no ha servido como medio de contención a los deseos individuales de las
personas, más aun en cierta medida ha jugado a favor de los ganadores,
generando con ello una situación más exacerbada.
¿Es el capitalismo haciendo lo que sabe
hacer y el Estado no funcionando en concordancia con lo que tendría que hacer
lo que abre la puerta a una necesaria intervención de la sociedad mediante
diversas formas de asociación? La respuesta está dada y avalada en la práctica por
los nuevos esquemas de asociación, que dicho sea de paso no son tan nuevos,
pero sí se han intensificado.
El
tercer sector (¿alternativa posible?)
El tercer sector parte de una complejidad
para su propia comprensión y es que alrededor de él subyacen diferentes
manifestaciones y movimientos como puede ser la economía social, economía
solidaria, economía social de mercado, emprendedurismo social, la empresa social,
etc. Pero independientemente de cómo se denomine lo interesante es que se presenta
como una respuesta a las prácticas de producción y consumo depredador
detentadas por el sistema de producción capitalista.
El ánimo de lucro dentro de la sociedad se
traduce en una producción en masa que tiene que ser acompañada de un consumo
masivo, la idea de la economía social es modificar las formas de producción y
consumo cambiando los incentivos que han generado un consumo desmedido de satisfactores,
la economía social más o menos trata
sobre un cambio social que tiene que ver con las medidas a nivel de política
pública necesarias para disminuir el poder del primer sector y propiciar con
ello una acción más intensiva del Estado, a esa forma de acción en algunos casos
se le ha dado el nombre de socialismo del siglo XXI, idea que se ha asentado en
Venezuela, Bolivia y Ecuador, países en los cuales se han dado cambios
sustanciales que pretenden modificar sus estructuras económicas, políticas y
sociales, dichos países a decir de Serrano y Mutuberría (2010) empezaron a
cuestionar el crecimiento como objetivo fundamental, el desarrollo como el
paradigma único y al Estado de bienestar como el garante de los derechos.
La economía social es aquella actividad
que no forma parte del sector privado y del sector público, es un camino hacia
una economía al servicio de la sociedad, es una forma de hacer una economía
diferente que ataque los problemas que aquejan a la sociedad y que no son
resueltos por la acción del mercado ni del Estado. En el mejor de los casos la
economía social no pretende remplazar al mercado, surge como una institución
más que cubre aquellos huecos que no han sido debidamente atendidos por el
mercado y el Estado, la idea consiste en la distribución del ingreso, la
estabilidad económica, el crecimiento sustentable, etc.
Siguiendo a Serrano y Mutuberría (2010),
se pueden apreciar dos enfoques teóricos respecto a la economía social, el
primero de ellos, el llevado acabo por Venezuela, Bolivia y Ecuador con sus
debidas diferencias, consiste en ver a la economía social como una fuerza que
incide en la consolidación de otro tipo de economía que se basa en una
producción canalizada a los impactos sociales y no sólo a las utilidades
económicas, que genera satisfactores para los miembros de la sociedad y no se
ve determinada por la ganancia o la acumulación excesiva. El segundo enfoque
supone que las soluciones se pueden ofrecer sin romper con la producción
capitalista actual y entre otras cosas se sustenta en:
·
Ser una economía de “pobres para pobres”
la economía social se asocia a los programas de combate a la pobreza e intenta
ofrecer a los pobres alternativas para que mejorando su estado actual, en el
futuro sean capaces de romper con las restricciones que no les permiten salir de
su situación. La iniciativa se da principalmente por parte de la sociedad
mediante diferentes formas de asociación y en muchos casos los fondos con los
que operan provienen de recursos presupuestales nacionales o internacionales,
así como de aportaciones de la propia sociedad civil;
· Consolidar o llegar de nueva cuenta a los
viejos estados de bienestar. Dada la hegemonía que ha mantenido el pensamiento
económico neoclásico en la consecución de las políticas económicas se dio por
norma la disciplina fiscal mediante la reducción del gasto público, en ese
sentido el espacio no atendido por el gobierno en ciertas funciones sociales
son abordadas por la sociedad civil con fondos públicos y es que resulta
relativamente menos oneroso para el Estado destinar fondos de apoyo a
asociaciones civiles que mantener estructuras públicas que en algunos casos
trabajan con exceso de recursos humanos;
El desarrollo de las empresas cooperativas
en actividades de producción, comercio y prestación de servicios que deben
atender a los parámetros de eficiencia y eficacia en la utilización de los
recursos y en la responsabilidad social.
Es en el segundo enfoque en el cual la
empresa social toma una participación amplia y trata de corregir aquellos
fenómenos y eventos que son inherentes a la producción capitalista y que no son
atendidos o resueltos por el Estado, es en esta matización teórica en la cual
el emprendedurismo social tiene mucho que hacer y en la medida que sea capaz de
compensar o frenar los males que ha traído consigo la acción del mercado como
es la pobreza, la inequidad en la distribución del ingreso y la degradación del
medio ambiente, podrá ser una alternativa para que se siga manteniendo el
sistema de producción actual.
Si la empresa social no es capaz de
revertir dicha condición la primera matización teórica podrá tomar mayor fuerza
si es capaz de sortear ciertos problemas que en la operación han mostrado los
países latinoamericanos que hasta el momento optaron por esa posibilidad, como
son: los escenarios inflacionarios, la dependencia tecnológica, el ser países
monoexportadores, el incremento de las estructuras de gobierno con el
consecuente incremento del gasto, la baja recaudación, etc.
Por su parte la empresa social también en
el futuro no lejano tendrá que sortear problemas tales como las fuentes de
financiamiento, la autonomía de acción y gestión, la eficiencia en el uso de
sus recursos y el cumplimiento de sus objetivos, la disyuntiva entre crecer o
mantener operaciones más a nivel de estructuras celulares, etc.
En conclusión se podría decir que el
tercer sector denotado por la empresa social es ya parte del entorno de la
sociedad y en los próximos años se espera que su presencia sea mayor
ampliándose incluso su esfera de competencias y áreas de acción.
E.R. Cedillo
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